lunes, 23 de mayo de 2011

Se nos creció el enano.

Lamentablemente, de un tiempo para acá, hemos sido testigos de hechos que no son de nuestro agrado. Estamos acostumbrados a ver noticias de asesinatos, secuestros, robos, extorsiones, etcétera. ¿Pero eso es normal? No. Tenemos que quitarnos ese pensamiento de la cabeza; seamos consientes con lo que pasa en este país.

En el municipio donde vivo se respiraba tranquilidad, los niveles de delincuencia no eran tan altos, y, los casos que se veían, no pasaban de riñas entres bandos por saber quién era el que se ganaba los $100 o $200 de cuidar un carro. No quiero ser denigrante ni peyorativo, sólo que antes había ‘gamines’ que cuidaban a la comunidad, de delincuentes traídos de otras poblaciones.

Cuando acabaron ‘El Cartucho’ muchas de esas personas vinieron a Facatativá a tratar de hacer una vida. ¿Qué encontraron? Por la poca oportunidad de trabajo e industria que hay, Nada.

En la actual administración de este municipio, los índices de violencia y delincuencia han subido vertiginosamente -Yo sé que todo esto pasa en el país, pero también sé que si se quiere un cambio, no hay que fijarse sólo en las grandes ciudades. El cambio viene de abajo- No se puede salir a la calle, hay que valerse de un taxi o una buseta para llegar bien a su destino. Hay atracos y asesinatos por la misma razón por la que murió el sacerdote de la Comunidad Minuto de Dios en Bogotá; hay taxistas que los apuñalan por la misma razón que lo hacen en Medellín. Pero, lastimosamente, tenemos un alcalde que prefiere mandar a recebar una calle sólo para que pase una cabalgata, y no porque la comunidad lo necesita.

En Facatativá se cuenta con un pie de fuerza muy grande: Contamos con una Escuela de Carabineros, Un Cantón Militar, Cantón de Comunicaciones, donde están activos dos (2) Batallones, Comunicaciones e Infantería ‘Miguel Antonio Caro’, un (1) Distrito Militar, una (1) central de inteligencia y La escuela de comunicaciones; aun se cuenta con un Distrito de Policía. Pero, ¿Los vemos? Sí se ven muchos policías en las calles, pero son calles que no son de alta marginalidad ni peligrosas para la comunidad. Los soldados del cantón militar se ven cada dos (2) meses cuando van a hacer alguna ‘batida’ y consideran que “No pueden recoger a un ‘gamín’ porque se puede ‘dañar’ la institución”; El Alma Mater de la disciplina, diciendo esto. Los policías se ven en las calles molestando a jóvenes sobre una patineta, una cicla, o por el atuendo; Y los Carabineros sólo salen de su Escuela a cuidar cabalgatas.

¿Dónde está nuestra seguridad? ¿Dónde está la seguridad de los que andamos a pie y no a caballo?

Mis abuelos en estos días, celebran sus bodas de Oro; mi abuela iba caminando por un potrero que queda cerca donde ella vive, y donde nunca le había sucedido nada, le salió un atarbán de éstos y empezó el peor susto que mi abuela jamás había tenido.

-Páseme, Vieja Hp, su celular –le dijo éste, mientras le soplaba la cara el humo de la marihuana.

-Pues éste es mi celular –Mi abuela contestó con voz melancólica.

-¡Deme esos aretes¡ No, mejor no. Deme su anillo, esas latas de aretes y esa cáscara de celular no me sirven –Dijo, el ‘ñero’ exigente.

Llegó mi abuela a la casa, nerviosa y con la tristeza de perder algo que la une a mi abuelo.
Gracias a Dios, ya se acercan los comicios y quiero que no nos regalemos por un plato de lechona o una camiseta, votemos pensando bien las cosas. Y espero que mientras las elecciones llegan, no pase algo igual con ninguna persona.


Felipe Marciales.

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