miércoles, 21 de septiembre de 2011

UNA VIDA SOBRE RUEDAS.



Alejandro Moreno ‘Gamba’ es un joven bogotano amante del longboarding, el deporte en el que una tabla un poco más larga que las convencionales y la velocidad crean el modelo de vida, por el cual él vive y trabaja para suplir los elevados gastos que este implica.
Alejandro Gómez Niño.

Aquella mujer de unos cuarenta  años de edad se acerca a Gamba indagando por la colección de clásicos de Stanley kubrick y por una de las mejores películas de kusturica “Gato negro, gato blanco”. Gamba se muestra seguro y responde a la petición “todas las tengo, pero ya sabes que por ser cine arte son a tres mil” –dijo- en cuestión de segundos le muestra los Cd’s que empacados en una bolsa transparente y con su respectiva carátula terminarán por satisfacer los deseos de aquella dama que se interesó por pasar un rato ameno al lado de grandes filmes que han marcado la historia.

Este es el diario vivir de Gamba, inmiscuido dentro de miles de películas. Él es un buen conocedor del cine comercial, y del cine arte; un joven que a pesar de sus tatuajes y su aspecto agresivo sabe persuadir al cliente para que termine comprando las películas, que son las que sustentan su deporte y le hacen perseguir su sueño mas frecuente: conseguir el patrocinio y ser admirado por su destreza en el longboard, el cual es el motor de vida de este avezado joven que demuestra su pericia en las empinadas calles bogotanas.
Son ya pasadas las dos de la tarde y mientras llega la hora del almuerzo Gamba se empieza a poner efusivo pues me comenta “Mi perro, después de el medio día, la tarde se pasa al flete, y vamos es a montarles entonados, para que vean a tu papi”. El brillo en sus ojos es algo indescriptible, al hablar de su tabla lo hace con el mayor apego posible, la muestra magnificada, para el longboard es como la vida misma. La razón por la cual dedica extenuantes horas laborales para sacar unos ratos de goce junto a su tabla que parecen algo efímero comparado con todos los sacrificios que día a día él realiza para mantener la chispa de la velocidad y los derrapes en su mente.

Mientras transcurre el almuerzo, gamba está sentado tras el mostrador, y entre risas y burlas  hablamos de forma peyorativa de algunos de los otros Raiders, (nombre que reciben los que practican el longboard), --“Usted sabe, Alejo, que nosotros no tenemos las lucas, tenemos es que mostrarnos como somos, humildes pero ásperos para montar, y pues el que nos quiera será nuestro amigo, pero el que no, pues ni quita ni pone. Mi perro, para mí esto no es de plata es de amor a la tablita, Pá”. Mientras tanto decido salir y encender un cigarrillo. Luego de pensar un poco entiendo que en una gran parte ese pedazo de madera con trucks y ruedas se ha convertido en una parte fundamental de mi vida, y es allí donde comprendo la euforia con la que habla mi amigo de su patineta.

Al ingresar de nuevo en el centro comercial localizado en el centro de Bogotá, limítrofe a la calle novena con carrera 16, encuentro a Gamba proyectando en el televisor de su local un video que muestra algunos de los exponentes con mayor categoría dentro del longboard. Es tal pasión, que él imita los movimientos, para más tarde reproducirlos encima de su tabla. Ignorando mi presencia sigue persuadido por las escenas que muestran las habilidades de aquellos sujetos frente al deporte. Finalmente se alerta de que estoy observándolo, me evade con un gesto de camaradería y nuestra charla prosigue.
Gamba me cuenta con lujo de detalles aquella historia que de  repente había escuchado, pero nunca con el detenimiento que ésta merece Él vive en el barrio Córdoba, al sur de la ciudad, cerca a la iglesia del 20 de julio, y todas las mañanas junto a  su madre se levanta para cumplir con su labor. Es una persona humilde pero con grandes sueños, evidenciados en la pasión de su tono de voz, en la motivación que son su madre, su novia y su  patineta. Grandes motivos que lo mantienen aferrado a la vida, aquella que suele golpear a unos más que otros, pero que a pesar de que a él no le ha tocado un round equilibrado ha sabido mantenerse erguido hasta el final.

Hasta que por fin llega la tan anhelada hora de salida,  que hoy se acortó un poco, gracias a las largas charlas que compartimos. Gamba toma la maleta y su adorada tabla, saca un par de candados y con ellos asegura el local para que no corra ningún riesgo durante las horas nocturnas; salimos y tomamos un bus rumbo a la diecisiete sur, el lugar donde llegan el resto de nuestros amigos para emprender el camino hacia el Parque Nacional, pues es allí donde se concentra la mayor población que practica el longboarding.
Arribamos al parque a eso de las 8 p.m, allí los ambientes cambian, el hombre serio y puesto en su sitio entra en confianza y se deshace de los ademanes que tiene que tener con sus clientes, para enterar en un ambiente de más camaradería y chistes entre amigos. La noche pinta un poco fría y después de un par de bromas y comentarios, gamba saca de su maleta el casco y los guantes, protección fundamental para poder montar, parece que la faena está a punto de empezar.

Ya equipado y con un previo calentamiento Alejandro emprende la subida de la pendiente que le dará la velocidad suficiente para realizar los vistosos derrapes de los que se siente tan orgulloso. El resto de los colegas nos quedamos abajo poniendo a punto nuestras tablas, y equipándonos con la protección adecuada. De repente el sonido de un derrape suena y la mirada se volcó sobre la pista, es Gamba descendiendo por la cúspide del parque y realizando los peculiares Stand ups (tipo de derrape) que son admirados por muchos y por algunos otros vistos como un reto al que se necesita afrontar con el nivel suficiente. Por un momento el ambiente se silencia y se aprecia del espectáculo de aquel joven que parece establecer la combinación perfecta con su longboard, que al hacer rechinar las ruedas lo hace con un estilo promisorio y lleno de talento, al que se le nota el placer de brindar un espectáculo que libera su adrenalina y lo convierte en un personaje admirado en el parque.

Algunos comentan, otros sólo miran, pero lo que está claro es que Gamba es uno de los Raiders con  mayor nivel y manejo de la pista, y que pese a su condición social sigue luchando por el sueño de convertirse en uno de los mejores exponentes del deporte en nuestro país. Un sueño que se alimenta día a día, un sueño lleno de perseverancia e ilusión, un estilo de vida al que muchos le agregan el factor monetario, pero al que Gamba sólo le aportó el talento.

jueves, 14 de julio de 2011

“Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo” Facundo Cabral


Parece que fuera poco lo que se ha descubierto. Colombia es un país en el que ningún escándalo basta y se hacen necesarias nuevas cochinadas para continuar aumentando la lista de abusos en contra del pueblo débil, del pueblo ciego y sin voz. La justicia y el periodismo, a medida que pasan los días, descubren y denuncian más y más casos de corrupción que desangran la patria y nos alejan de aquel sueño que tenemos para dejar de ser uno de los países más desiguales del mundo.
Los escándalos del Gobierno anterior –que me cansaría de enumerar-, el gravísimo problema de la Salud, el terrible caso de la corrupción en Bogotá en el que no refuto la participación del suspendido Alcalde y creo en Inocencio Meléndez cuando asegura que Moreno era “el Director de la orquesta”, entre otros.
Y ahora, en el transcurso de dos días, dos nuevos casos que considero el colmo del descaro: primero, el mismo Santos anunciando un desfalco de billones de pesos en la DIAN, debido al cobro de devolución del IVA con facturas falsas, en donde se encuentran implicados Ex funcionarios, Funcionarios y Particulares de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales.  Y, en segundo lugar, “…250 mercados enviados por el Gobierno Nacional para los damnificados de la ola invernal (…)2000 colchonetas y unas 40 cajas de panela, las cuales se encuentran totalmente dañadas, descompuestas, fermentadas, derretidas y regadas por el piso” en una bodega de Cartagena. ¿Qué más falta? ¿Los colombianos ya tenemos el “cuero curtido” y nos resbalan los acontecimientos?
Hace varios meses escribía para este mismo espacio una entrada que pretendía invitar a los que visitaran el Blog, a que, si estaba en sus capacidades, aportaran algo para ayudar a los damnificados, por más pequeño que fuera, la idea era que sirviera. Pero ¿para qué?, seguramente esa cobija y las sábanas que envió mi mamá se encuentran abandonadas y en mal estado en alguna bodega del país.
Y en honor al recién desaparecido Facundo Cabral, he utilizado una de sus frases para nombrar este Post; porque creo que la pobreza de nuestro país no es tan sólo de carácter económico; creo que no es más pobre la madre cabeza de hogar del Atlántico que dejó de recibir las ayudas y se vio obligada a pedir limosna en un puente vehicular, en comparación con la pobreza extrema, pero de tipo moral, que sufren los funcionarios públicos, los políticos y todos aquellos a los que el pueblo confía sus recursos, sus aportes y su esperanza de ver a su país salir de las listas negras en las que se encuentra.
Los pobres no tendrán qué comer ni donde dormir, pero a ellos lo único que les interesa es sacar a sus familias adelante; si se ven obligados a delinquir para alimentarse, es gracias a los otros pobres que sí tienen qué comer y duermen bajo cómodos y lujosos techos, pero que no les alcanzan los miserables millones que ganan y convierten los recursos del Estado y del Pueblo en cuentas bancarias personales.
¿Hasta dónde vamos a llegar los colombianos? ¿Acaso lo que deseamos no es olvidar nuestra asquerosa historia y escribir lo que viene despacio y con buena letra? Ya ni siquiera estamos con el agua al cuello sino completamente cubiertos, ahogados y desesperados, pero parece que nos estamos adaptando. Somos como el Titanic mientras se hunde, los que se salvan son los de primera clase, para el resto tal vez no alcancen los chalecos salva vidas. 
Javier Abril Páez

martes, 12 de julio de 2011

Una vida antes, otra después

Dedicado a: JORGE MARIO GÓMEZ (mi papá)

A veces aquel joven recuerda como era su rostro cuando era un párvulo, se sienta solo en un rincón y hace un poco de memoria; recuerda que una sonrisa se dibujaba en su cara cada mañana, cada noche al acostarse cuando sentía las tibias y tiernas manos de su padre que buscaba protegerlo de todo mal; aquellas que hoy le hacen tanta falta para sentir un abrazo de su parte, como los que alguna vez de niño le dio…

Muchos solían decirle: -“Papito, valore lo que tiene, pues la vida da muchas vueltas”, pero su corta edad y el diario vivir hacían caso omiso a esas palabras, que como si hubieran sido una premonición, o en ocasiones hasta una forma de vaticinar el futuro, se convirtieron en una realidad. Un 13 de julio del año 2002 su mundo construido en un nube de perfección y amor, se derrumbó para mostrarle que en muchas ocasiones la vida no es perfecta y se necesitan de golpes directos al corazón para entender, y por duro que suene, hallar la razón de vivir, pues ese día lúgubre del séptimo mes, su padre había fallecido por un cáncer cerebral que lo aquejaba ya hace un buen tiempo. 

Aquél héroe protector de los monstruos de debajo de la cama no lo protegería más, aquel hombre que jugaba futbol un poco más que Roberto Carlos y Ronaldo en el parque del barrio dejaría su talento para mostrarlo en otro lugar, ese padre que le reprendía con mano dura, pero que lo amaba con el corazón, desde aquel fatídico día, pasaría al álbum de los recuerdos de este joven, pero no a la historia como lo hacen la mayoría de álbumes que si corren con suerte se desempolvan cada década; este era distinto porque paso a ser archivado en los recuerdos matutinos y nocturnos de aquel joven, que día a día recuerda a su padre como el mejor amigo perdido en la dura batalla que se emprende contra una enfermedad terminal que no mira raza ni color de piel ni estatus social, que no mide el daño ni el dolor desgarrador que a su paso deja.

Desde aquél día este joven cambió, su risa se convirtió en tristeza; su arrogancia por creerse un poco más que los demás, pasó a dejarlo medir por el mismo rasero y comprender que cuando la vida golpea también enseña; y finalmente aprendió que todo no es perfecto y que de la tristeza que una muerte le dejo pudo cambiar diametralmente, para que hoy al estar al portas de ser un profesional, enfocara su camino al querer trabajar por aquellos que la vida nunca les ha sonreído; pero siempre llevando en el corazón, en la mente y en las acciones, la mirada protectora y amorosa de aquel hombre, que un día como hoy, hace llorar al joven, al que muchos notan como un hombre fuerte y centrado, pero ignoran que su fragilidad está a flor de piel y la alimentan las lágrimas por un recuerdo que le desgarra el alma.

Te amo Papá.

Alejandro Gómez Niño 

jueves, 9 de junio de 2011

Tal vez la final ya estaba arreglada

El pasado miércoles tuvimos la oportunidad de observar los encuentros deportivos del fútbol profesional colombiano que definían entre cuatro equipos cuáles de ellos jugarían la “gran final” de la Liga Postobón. Nacional y el Tolima jugaron en el Manuel Murillo Toro en la capital tolimense, mientras que Millonarios y Equidad, se encontraron en el Estadio de techo en Bogotá.

La pasión de los hinchas se hacía más evidente en los seguidores de los equipos tradicionales, Millonarios y Nacional; por las calles de la capital colombiana se veían las camisetas azules y verdes, para mí sería difícil determinar cuál era el color que más se observaba. Todos estaban esperando el resultado de los encuentros que tendrían lugar al final del día y que, por supuesto, serían transmitidos por un par de canales de televisión, para fortuna de los que no iríamos al estadio a vivir la fiesta futbolística.

Inician los encuentros, primero Nacional vs. Tolima; después de los noventa minutos de juego, el equipo paisa se queda con el cupo para disputar la final con alguno de los equipos capitalinos que clasificaría después del encuentro en Bogotá.  Se empieza a jugar en Bogotá, el Estadio de techo lleno de azul, a pesar de que de local estaba jugando el equipo asegurador; otros noventa minutos terminados y, con sorpresa, los hinchas azules vuelven a ver a su equipo del alma olvidarse de un catorceavo título. Tenían la seguridad de que su equipo no los defraudaría esta vez, que después de 23 años por fin celebrarían un triunfo.

Pero seamos sinceros, estamos en el país en donde todo es posible y en donde otra pasión, a parte del fútbol, es la violencia, y por eso me parece que lo mejor era que alguno de los dos equipos tradicionales no clasificara a la final, ya que, si ésta se disputara entre estos dos equipos (Millonarios y Nacional), una angustia más, a parte de la que se tiene como observador durante el partido, sería la reacción de los seguidores más radicales con cualquiera que sea el resultado. Las hinchadas de estos equipos, para mi concepto, han dejado de disfrutar del fútbol como deporte, y han convertido su pasión en una forma más de exclusión e intolerancia, cosa que brota por los poros del pueblo colombiano en diferentes aspectos de su vida.

Un encuentro entre hinchas podría ser desastroso, los seguidores más radicales de estos dos equipos tienen una guerra jurada, despertada gracias a las rivalidades deportivas existentes. Pero ya lo he dicho, son rivalidades deportivas, y se han convertido en guerras, en venganzas, en armas, en puños… hemos dejado de disfrutar de lo que es verdaderamente el deporte más famoso del mundo, de hacer de los encuentros fiestas que nos aparten durante noventa minutos de nuestra realidad, infestada de violencia, corrupción y bala.

Y qué triste es cuando todos sabemos que estos encuentros no se pueden dar, todo gracias a los seguidores. Las medidas de seguridad se deberían triplicar y tal vez cuadruplicar, la mitad de los hinchas deberían salir del estado treinta minutos antes de terminar el partido, y probablemente existirán muchas más maneras de cuidar la seguridad de las ciudades anfitrionas. Inclusive, he llegado a pensar que la final de estos campeonatos se debe negociar fuera de las canchas, tal vez en las oficinas de los jefes de seguridad de las ciudades, en compañía de las directivas de los equipos y de uno que otro personaje importante en estos espacios, todo porque somos conscientes de un posible desastre.

Y todo esto es el resultado de esa cultura colombiana, esa cultura del “traqueto” que cree que para disfrutar de las verdaderas fiestas es necesario disparar al aire y demostrar su poder. En eso nos hemos convertido, y esto no es sólo en nuestro país, probablemente ocurra en muchos, pero yo hablo de lo que conozco y de lo que vivo.

Esperemos que el fútbol colombiano regrese a su época dorada, que se vuelva a disfrutar cada patada que se le da al balón y que los goles no sean sinónimo de disparos y puñaladas. 

Javier Abril Páez


Sueños juveniles de revolución.

Aún recuerdo con melancolía, pero con mucho cariño la primera vez que en mis años de bachiller tuve la oportunidad de ojear las páginas del manifiesto comunista De Karl Marx, aquel libro que logró cautivarme en sus cortas pero sustanciales páginas, que a lo largo de lectura lograban permearme con una mirada distinta del mundo y del orden establecido; una forma nueva de divisar la sociedad, y, de una u otra manera, romper el cascarón al que nuestra familia y nuestro estilo de vida nos había acostumbrado.

Por esa época sentía la revolución, y las ganas de cambiar el mundo a flor de piel, pensaba ser un prócer por los derechos de mi pueblo, que día a día está en peores condiciones, soñaba con viajar por América Latina y compartir con los pueblos indígenas y generadores de resistencia dentro de la región, pero mi principal anhelo fue viajar a Chiapas y conocer al sub comandante Marcos, que, a modo personal, es un ejemplo de lucha y dedicación. Todos estos sueños  alimentados ya por textos más construidos y elaborados , como las cartas del italiano Gramsci y los textos soviéticos que relataban la revolución de octubre.

Pero el tiempo, la vida y aún mas paradójico los mismos jóvenes con ideas similares a las mías, se encargaron de mostrarme la realidad, y entender de una vez por todas por qué la sociedad que planteo Marx no se puede construir como una visión de las masas, por qué se pelean por aspectos que a mi modo de ver son irrelevantes a la hora de generar un cambio de orden, porque se discute y se tiene pleito con el maoísta, el trotskista, el leninista, el stalinista, y ni se diga con los anarquistas. Aún no encuentro razón de por qué no se unifican los ideales y los aplicamos a Colombia, el país que nos quieren arrebatar de las manos, ¿será porque en realidad los revolucionarios jamás evolucionamos?, ¿será que somos de piedra y vivimos de triunfos de siglos pasados?. Es sensato pensar que todo tiene una evolución, pero en ocasiones pienso que no se trabajo ni se transformaron las premisas de los grandes exponentes de la revolución para aplicarlas a las necesidades de la época y la sociedad.

Ahora bien, no pienso abandonar mis ideas y mucho menos las enseñanza de los textos, pero si he optado por aplicarlos desde mi diario vivir, donde son mis actos los que me identifican como sujeto social y actor de cambio, donde, ayudando a alguien que en realidad lo necesita, construyo más conciencia que con salir y destruir la ciudad usando rocas y palos, celebrando el aniversario de la primera internacional. No pretendo criticar ni herir susceptibilidades, solo deseo que en realidad el mundo miserable y capitalista en el que estamos sumidos, un día sea mas justo, donde se respete al hombre por sus valores y no se le cuantifiqué como si sus necesidades las midieran los porcentajes.

Yo aún sueño con justicia y equidad, pero ¿esta usted feliz en el mundo en que nos toco vivir, o esta dispuesto a generar nuevas alternativas para cambiarlo?


Alejandro Gómez Niño

lunes, 23 de mayo de 2011

Se nos creció el enano.

Lamentablemente, de un tiempo para acá, hemos sido testigos de hechos que no son de nuestro agrado. Estamos acostumbrados a ver noticias de asesinatos, secuestros, robos, extorsiones, etcétera. ¿Pero eso es normal? No. Tenemos que quitarnos ese pensamiento de la cabeza; seamos consientes con lo que pasa en este país.

En el municipio donde vivo se respiraba tranquilidad, los niveles de delincuencia no eran tan altos, y, los casos que se veían, no pasaban de riñas entres bandos por saber quién era el que se ganaba los $100 o $200 de cuidar un carro. No quiero ser denigrante ni peyorativo, sólo que antes había ‘gamines’ que cuidaban a la comunidad, de delincuentes traídos de otras poblaciones.

Cuando acabaron ‘El Cartucho’ muchas de esas personas vinieron a Facatativá a tratar de hacer una vida. ¿Qué encontraron? Por la poca oportunidad de trabajo e industria que hay, Nada.

En la actual administración de este municipio, los índices de violencia y delincuencia han subido vertiginosamente -Yo sé que todo esto pasa en el país, pero también sé que si se quiere un cambio, no hay que fijarse sólo en las grandes ciudades. El cambio viene de abajo- No se puede salir a la calle, hay que valerse de un taxi o una buseta para llegar bien a su destino. Hay atracos y asesinatos por la misma razón por la que murió el sacerdote de la Comunidad Minuto de Dios en Bogotá; hay taxistas que los apuñalan por la misma razón que lo hacen en Medellín. Pero, lastimosamente, tenemos un alcalde que prefiere mandar a recebar una calle sólo para que pase una cabalgata, y no porque la comunidad lo necesita.

En Facatativá se cuenta con un pie de fuerza muy grande: Contamos con una Escuela de Carabineros, Un Cantón Militar, Cantón de Comunicaciones, donde están activos dos (2) Batallones, Comunicaciones e Infantería ‘Miguel Antonio Caro’, un (1) Distrito Militar, una (1) central de inteligencia y La escuela de comunicaciones; aun se cuenta con un Distrito de Policía. Pero, ¿Los vemos? Sí se ven muchos policías en las calles, pero son calles que no son de alta marginalidad ni peligrosas para la comunidad. Los soldados del cantón militar se ven cada dos (2) meses cuando van a hacer alguna ‘batida’ y consideran que “No pueden recoger a un ‘gamín’ porque se puede ‘dañar’ la institución”; El Alma Mater de la disciplina, diciendo esto. Los policías se ven en las calles molestando a jóvenes sobre una patineta, una cicla, o por el atuendo; Y los Carabineros sólo salen de su Escuela a cuidar cabalgatas.

¿Dónde está nuestra seguridad? ¿Dónde está la seguridad de los que andamos a pie y no a caballo?

Mis abuelos en estos días, celebran sus bodas de Oro; mi abuela iba caminando por un potrero que queda cerca donde ella vive, y donde nunca le había sucedido nada, le salió un atarbán de éstos y empezó el peor susto que mi abuela jamás había tenido.

-Páseme, Vieja Hp, su celular –le dijo éste, mientras le soplaba la cara el humo de la marihuana.

-Pues éste es mi celular –Mi abuela contestó con voz melancólica.

-¡Deme esos aretes¡ No, mejor no. Deme su anillo, esas latas de aretes y esa cáscara de celular no me sirven –Dijo, el ‘ñero’ exigente.

Llegó mi abuela a la casa, nerviosa y con la tristeza de perder algo que la une a mi abuelo.
Gracias a Dios, ya se acercan los comicios y quiero que no nos regalemos por un plato de lechona o una camiseta, votemos pensando bien las cosas. Y espero que mientras las elecciones llegan, no pase algo igual con ninguna persona.


Felipe Marciales.

sábado, 23 de abril de 2011

He decidido tener un gato

Mis últimas apariciones en este espacio han sido muy personales; he dejado de hablar de política, de violencia, desastres naturales, corrupción y etc. Creo que estoy en un momento de mi vida en el que, a pesar de que me interesan mucho esos temas, prefiero no intentar arreglarlos, finalmente, “cuando sea grande”, me pagarán para hablar sobre realidades nacionales e internacionales, o eso espero y para eso me preparo.

Si en algún momento mis compañeros me piden que deje de pensar que esto es un diario personal, aceptaré con amabilidad su solicitud, porque eso de compartir con alguien es complicado, y es mejor procurar tener las mejores relaciones interpersonales posibles. Sin embargo, creo que tengo mucho que decir y que esto de rellenar espacios con las cosas extrañas que suceden en tu vida, te llena.

Últimamente me he sincerado hasta conmigo mismo; acepto que no todo puede ser como lo deseo, que soy una persona difícil de entender y predecir, que no soy tan relajado como yo mismo quiero creer y que, definitivamente, pierdo todo el tiempo pendejiando, en lugar de ocuparme de lo realmente importante (como escribir una entrada para publicar en este blog y no leer fotocopias para una clase). Hace dos días aprendí en una película que si lo único que se planea es que la vida te sorprenda, eso te hará más feliz –quería colocar eso, a pesar de que me salga un poco del tema-. Y ese es un ejercicio interesante… entenderse y aceptarse como un ser muuuy complejo y escribir un único punto en mi “plan de vida” que diga: Permitir que la vida me sorprenda.

Pero también existe una contraparte en eso de aceptar mis propias complejidades, ya que, si acepto las mías, luego acepto las de los demás, ¿cuándo diablos los demás aceptarán las mías? Lo digo porque soy víctima de esa falta de reciprocidad, y siento que en varias situaciones (la mayoría), la actitud de “paz y amor” de un hombre complejo, es malinterpretada. Me he creído tan “Hippie”, que he llegado a pensar en que el error es mío, pero mi parte malvada y orgullosa (que un “pseudohippie” no podría vencer), me hace recordar que no, que lo que hago está bien y que si lo que doy no alcanza, pues ¡de malas!

He decidido tener un gato porque, para él y para mí, sería fácil entender nuestras complejidades; finalmente no tendríamos que conocerlas. Si me siento en el sofá a ver una película, por mala que sea, el gato me buscará para sentarse en mis piernas y que yo le rasque la cabeza; si se pierde, no pensará que me enloquecí buscándolo y que fue inevitable preocuparme y querer conocer su paradero; si le doy comida, aceptaría escucharme en mis días de “crisis de feo” (como dice un amigo) y si se nos da la gana, podríamos criar un perro entre los dos.

Javier Abril

miércoles, 30 de marzo de 2011

"CUENTO DE HADAS MÁS CORTO Y CON EL FINAL MÁS FELIZ" Respuesta a las preguntas más estúpidas.

Un miércoles como cualquier otro, una tarde como cualquier otra, un momento como cualquier otro y en uno de los millones de sitios en internet (sí, como cualquier otro), encontré un pedazo de texto medio pendejo que dice:

"CUENTO DE HADAS MÁS CORTO Y CON EL FINAL MÁS FELIZ!! Había una vez un príncipe azul. que le pregunto a una princesa."Hermosa Dama ¿Te quieres casar conmigo?"Ella respondió: NO! Y el príncipe vivió feliz toda su puta vida yendo a pescar, cazar, rumbear, viajar, a putiar todos los días, ...andaba con sus amigos, tomaba cerveza y guaro, Y se comía a todas las Viejas que quería, sin que nadie le jodiera la hijueputa vida! FIN"

Y me pareció tan interesante que lo voy a memorizar para dar respuesta a preguntas estúpidas como:

1. Y usted mijito, ¿Ya se casó?
2. ¿Y su novia?
3. ¿Cuándo va a encargar  a su bebé?, mire como están de "contentos" sus primos y amigos con sus tres chinitos 
4 ¿No le hace falta estar sentimentalmente comprometido?
5 ¿Qué hace con lo que se gana si no tiene una novia para llevarla a cine?
6 ¿Ya compró casa y carro para irse a vivir con su mujer? (Porque si no tiene carro está llevado del berraco)
7 Mijo, si va a cambiar su cama, tiene que pensar en comprar una más grande. Usted sabe, para ahorrarse lo de la cama matrimonial
8 ¿Y su novia qué hace?, ¿si es una muchacha de la casa, trabajadora, acomedida?

Y espero que no sólo me funcione a mí, porque aquí lo que necesitamos es pensar en los demás. Y cuando digo PENSAR EN LOS DEMÁS me refiero a colaborarnos y no a "volvernos un ocho" casando y mirando como a un bicho raro a los sujetos que desean que su vida no siga los parametros "normales". Y si esto no sucede, espero por lo menos que aprendamos a aceptar un NO como respuesta y continuar nuestro camino... así ni nos joden y tampoco nos jodemos la hijue$%& vida.

Javier Abril

martes, 8 de marzo de 2011

Si le siguen subiendo me sigo colando

Recuerdo como si fuera ayer la primera vez que abordé un bus articulado, recuerdo mi cara de alegría, esa que sólo puede reflejar por un niño de 8 años. En aquel momento sólo pensaba en montar en ese carro grande y rojo con mi padre, recorrer la ciudad y sentir la velocidad, ser uno de los primeros que montarían en la gran novedad de transporte en la ciudad.

Pero gracias a la vida y a la experiencia que esta nos da, ahora mi alegría se ha convertido en rencor frente a los enormes buses que conforman el sistema de transporte masivo de la capital. Me siento indignado cada vez que de mi bolsillo salen $1700 que me permiten ingresar a las estaciones, y lo que más causa escozor en mí, es no tener otra opción de movilidad para dirigirme a mi universidad , ya que el emporio articulado ha inundado las principales vías de la ciudad, haciendo casi imposible el acceso a otro medio de transporte.


Debido a mi constante resquemor frente a transmilenio, decidí usar el sistema, sin que este me use a mi, es decir, opté por una opción poco ortodoxa; primero, por ahorrarme unos pesos, y segundo, por mostrar mi desacuerdo frente a la invasión y colonización de este medio en la ciudad de Bogotá. Mi solución es colarme -SI SEÑORES, COLARME- y no lo hago a manera de vandalismo, lo hago con la fiel convicción de que si ellos son capaces de cobrar una cifra tan descriteriada por un servicio pésimo, yo tengo la libertad demostrar mi desacuerdo así a muchos les parezca rebelde mi solución.


Recuerdo entre risas que muchos me tildan de anárquico y me causa curiosidad cómo los ciudadanos son tan ignorantes y confunden la anrquia con el desorden y el bandalismo. Me han dicho gamín aunque mas gamines y ladrones son los que se pasean por Miami custodiados por autoridades, disfrutando de los millones de los carruseles de las contratación. Pero, a pesar de las ofensas, continuo con mi estratégica labor, esperando el momento indicado para saltar la registradora, para mostrar sombólicamente a los ciudadanos que el capital nos aglutina y nos obliga a usar sus mismas creaciones, para que el pobre continúe siendo pobre, y el rico, por el contrario, llene sus burjacas con el dinero de los desfavorecidos. 


Me gustaría que algún día los ciudadanos se cansaran de ser pisoteados y que a sus quejas se les haga caso omiso. En ocasiones me pregunto ¿los habitantes de Bogotá que usan este transporte no se cansan de los abusos en las tarifas? ¿no se sienten vulnerados al tener que abordar buses repletos de personas?¿no sienten un ambiente de represión al verse obligados a usar tan solo este servicio?.

Sueño con el día en que los pobres de la ciudad(económicamente hablando) pongan su voz de protesta, el día en que estos “tiren la toalla” y demuestren que si la ciudad se mueve es gracias a ellos, pero que el estado no facilita la calidad de vida elevando los costos de vida de la población, y en ocasiones impidiendo hasta su movilidad.

No les estoy invitando a colarse, pero si los invito a reflexionar y a pensar si es justo pagar tan alto precio por un servicio paupérrimo y también en que ha llegado la hora de mostrar la inconformidad frente a los modelos de desarrollo que nuestros dirigentes proponen. En cuanto a mi seguiré esperando el descuido en las estaciones de Bogotá para cumplir con mi misión.



Alejandro Gómez Niño

lunes, 7 de marzo de 2011

A propósito del día de la mujer.

Oye, mi amor ¿son dos viejas las que se están besando? –me preguntó mi novia-
Lo único que le pude responder fue: Como ahora ya no se distinguen uno del otro; No sabría decirte.

La mujer es tan grande que los hombres ahora se visten como ellas. Recuerdo que mi abuela me decía “¡súbase esos pantalones, vístase como un hombre!”. No sé si se refería a que me vistiera como los jóvenes de ahora o como qué. No sé. Mi mamá también decía, es más, me regañaba por desjetar las camisetas, cómo será con estos jóvenes de ahora que hasta le cortan el cuello a la camisa para que quede “cuello bandeja” o “descotadas”. 

Antes, a todos los de mi generación nos gustaba usar tenis sobrios, colores no tan vivos, para no llamar la atención; Ahora los jóvenes se visten algo así: los tenis más coloridos (y ojalá que ningún color combine con otro), los pantalones que parecen más unos leguins de lo entubados que están, camiseta ombliguera, el cuello de la camisa hasta donde empieza el pelo del pecho (que hasta se lo afeitan y todo) y el cabello largo, pero no un largo normal, es un hibrido entre Alice Cooper, Green day, Blink 182, pasando por PANDA, La Negra Candela y Don Tetto. Ustedes sacarán sus conclusiones.

Ahora somos nosotros los que decimos: lo único que quiero es que tengamos una relación seria; Abrázame –después de hacer el amor; oye, me recoges acá en la Universidad. Una salida a cine puede ser algo así.

 ¡Vamos a cine! –Dice ella.
Pero vemos “siempre a tu lado” – le sugiere el novio.   
¡No! –Responde ella con un tono demasiado elevado- Yo quiero ver Harry Potter 7.

Uno qué puede hacer al verla a ella así. Antes se decía que mujer que no joda es hombre, pero ahora, que nos tienen tan dominados, imponen sus reglas y de ahí no podemos salir. Ellas tienen el último voto en eso. A propósito hace 54 años, aproximadamente, se le dio el derecho al voto a la mujer acá en Colombia (digo “dio” porque era un derecho demasiado merecido, y que a veces muchos hombres y mujeres no lo ejercen). De ahí para acá la se ha encargado de poner el nombre de su género en alto.

Presidentes representativas para nuestra sociedad: Michelle Bachelet ex presidenta de Chile y que ahora lidera “ONU mujeres”; Laura Chinchilla en Costa Rica; Dilma Rouseff en Brasil. Columnistas de opinión muy bien ponderadas: María Jimena Duzán de la revista ‘Semana’; María Elvira Samper de ‘El Espectador’; Salud Hernández de ‘El Tiempo’. Programas de radio y de televisión que tienen una muy buena sintonía: “Mujeres W”, “Mujeres Arriba” en Vibra Bogotá, “Código Caracol”, “La cosa política” y Soho T.V..

Mientras que nosotros lo único inteligente que podemos hacer es ver a Jota Mario Valencia con un revistero ‘tocando’ un acordeón imaginario y tratando de calmar su complejo con una peluca. Asimismo tenemos otra buena opción para ver televisión, esa es ver a Agmeth en cualquier parte donde haya una cámara de Caracol robando pantalla. Y ni qué decir de la gran idea de los dos canales ‘favoritos’ en Colombia, que montaron dos programas, salidos de todos los cánones de hacer buena televisión, donde muestran cuatro personas ‘improvisando’ sobre temas que un público le pone. ¿De dónde sacamos nosotros esas ideas? ¿Habrá sido el mismo que le acolitó a Sergio Barbosa hacer “Estilo RCN”? y ni hablar de la Radio, nos toca aguantarnos a Francisco Santos todas las mañanas con su voz de sinusitis mezclada con un gripa crónica.

Todo esto lo hice con una idea –Me siento como Marge diciéndole a Lisa que todas las mujeres Simpson sí son inteligentes- decirles que ¡Feliz día de la mujer! Y que nada de esto sería posible sin ustedes ahí adelante a la cabeza. Y que me parece que es una de las fechas más complicadas, económicamente, para mí porque soy el único nieto, el único sobrino, el único hijo. ¡Gracias!



Felipe Marciales.

viernes, 25 de febrero de 2011

Una tregua

Cuando inicia la semana, generalmente estoy preparado para soportar el peso de vivir un país en donde el caos es interminable e increíble. Inicio con la fuerza que se necesita para entender la polaridad inimaginable del mundo; las múltiples maneras de pensar de los seres humanos -las cuales viven un conflicto constante-; las interminables luchas ideológicas, religiosas y de intereses; las violaciones a los derechos humanos; el irrespeto y la falta de cuidado al planeta tierra y a los seres que lo habitan –diferentes a los seres humanos-, con la situación medioambiental actual; los golpes dados a los acuerdos creados para la convivencia pacífica en el mundo; para entender que en mi país el 75% de sus habitantes son pobres y que muchos consideran que esta es una estadística exagerada.

Sin embargo, hay días en los que la mente no soporta tanto peso. Inicia el atardecer  en viernes y  apenas la luna va asomando con su sombra, el cuerpo pide descanso, la mente quiere pensar en cosas agradables, quiere imaginar el mundo con los ojos de un niño, al que sólo le interesa divertirse y estar con sus amigos, dándole golpes a un balón y pretendiendo meter un gol en una cancha imaginaria o improvisada en el garaje de su casa.

He aprendido que las relaciones humanas también se definen y se edifican teniendo en cuenta sus conflictos, eso quiere decir que no debo aterrarme por lo que veo a diario. Creo que por eso estoy preparado todos los lunes para aprender y analizar la realidad que vivimos a partir de estas situaciones. Además que siempre me pica el animal que me obliga a preguntarme muchas cosas, a ver más allá de lo que me muestra un solo noticiero o un sólo periódico cada domingo a través de sus titulares, y esto es tener la paciencia para escuchar noticias desde las 6 am y llegar a las 9 pm y aún estar pendiente de tanta cosa.

Estas últimas semanas han sido fuertes para el mundo, creo que no soy el único estudiante de periodismo que se encuentra agotado y ahogado (claro, esto aplica para los que nos interesan estos temas y sufrimos por conocerlos), y ni qué decir de los periodistas activos, para los cuales tanta noticia es como carne fresca para lobos. Este es nuestro trabajo y hay que aprovechar la oferta informativa.

Las revueltas en el mundo árabe, Wikileaks en Colombia, paro de camioneros, juicios a periodistas que intentan defender el derecho a la información, desmovilizados, liberados, invierno, narcotráfico, cumbre de periodismo en Madrid –lo cual me parece un evento importantísimo al que no se le dio mucho revuelo-, bandas criminales colombianas, tercer canal de televisión privado, ministro de defensa acosado y ni hablar del de transporte, una unión nacional que no está tan unida como parece, políticas de drogas, minería, entre otros muchos más temas de interés.

Qué más quisiera yo que ver, por lo menos a mi país, un poco menos escandaloso. Que su protagonismo en el mundo fuera más por noticias que sobresalgan y no por escándalos políticos. Por ahora, en medio del afán de los acontecimientos y con la intención de no olvidar ninguno de ellos, hay que seguir estudiándolos, seguir analizándolos y buscar las salidas adecuadas para hacer menos densa la vida de las generaciones futuras. Sé que no es una tarea fácil, que soy un grano de arena en una playa que va del norte al sur de Latinoamérica recorriendo el pacífico, pero creo que lo único que se necesita es tener la intensión de cambiar el mundo… por lo menos un poquito.

Ser consciente de la responsabilidad de esta generación me hace olvidar el cansancio mental. Y además, como dicen en uno de los noticieros: El mundo no se detiene y las noticias tampoco. 


Javier Abril

miércoles, 23 de febrero de 2011

El común de nuestros pueblos.

En este momento, cuando debería estar leyendo unas copias para la universidad, me entró una idea para tratar de escribir algo para el blog. No sé si me lean, pero me gusta mucho este ejercicio. La idea me la trajo unas de estas copias que hice el intento de leer.

Todas estas situaciones que se están generando en el mundo, especialmente el “efecto de oriente” donde ya han tumbado unas dictaduras y van por más. Pienso que así debería ser todo en el mundo; Si el pueblo siente que el gobierno lo está apretando, tan sencillo es: apretar al gobierno. “La voz del pueblo, es la voz de Dios”.

Esto lo hace –o por lo menos a mí- echar memoria, entablarse en una pesquisa de información acerca de nuestra historia. Latinoamérica ya ha pasado por esto. Me refiero, a que varias revoluciones se han generado pese a malos gobiernos en diferentes países. Empecemos por México,  Francisco I. Madero, que fue el primero que combatió contra Porfirio Díaz, dictador mexicano. Pero Madero terminó, relativamente, siendo igual a este dictador. No obstante, surgiría unos líderes en ese país: Francisco ‘Pancho’ Villa y Emiliano Zapata, Dos grandes de que aún se recuerdan.

Fidel Castro, acompañado de Ernesto el ‘Che’ Guevara, lograron una gesta demasiado importante para Latinoamérica: “La revolución cubana” acabó con el gobierno de Fulgencio Batista, dicha revolución en estos días no es muy bien ponderada. En Chile, también con protestas y movimientos civiles se influenció demasiado a la caída del poder del dictador Pinochet (quien torturó y asesino demasiadas personas de oposición en ese país). Y así (para no irnos tan lejos) y para dar un leve vistazo a lo que pasó.

Aplaudo lleno de alborozo lo que pasa en el medio oriente, sólo por una parte. Es indignante lo que pasa con Libia, que el gobierno ya está empezando a asesinar personas sin razón.

Acá en Colombia no ha habido un hecho similar a éstos, me refiero a la unión del pueblo para derrocar un mal gobierno. Pues tampoco hemos tenido un gobierno así (autocrático y monárquico). Porque malos gobiernos si hemos tenido, desde Bolívar han sido más los malos gobiernos que los buenos.

En este mismo orden de ideas, se ha visto reflejado que acá nunca peleamos por nuestros derechos, dejamos que nos manipulen y hagan con nuestra ‘constitución’ lo que les plazca. Sólo un grupo de nuestra sociedad es capaz de parar con todas su labores para reclamar lo que es de ellos, y eso que nosotros, muchas veces, pensamos, hablamos mal de ellos; El gremio camionero, año tras año protestan para que el gobierno respete  sus derechos. Todos los días tenemos que hacerle la “cara feliz” a lo que pasa en nuestro país; Nos sentimos bien representados por una señora que sale todos los fines de semana a medio día en el canal RCN, esa señora que habla injurias de las personas, que tiene más demandas que el ex-presidente Álvaro Uribe Vélez, y que hace lo mismo que él: No responde frente a los tribunales.

Y ahora que se empiezan a revelar los cables de Wikileaks acerca de Colombia, y el señor ex-mandatario ya salió a decir que “era mentira y que nunca hizo nada en  la clandestinidad” este año, cuando sea el ‘día de lavarse las manos’, le pensaban dar el premio al mejor en esta categoría, pero, otro que también está postulado para esa estatuilla es el señor Samuel Moreno –que se lo está disputando muy bien- con lo que dijo en el paro de camioneros “Yo pensé que Fontibón era de Mosquera y Calle 13 era un grupo musical”. Qué decisión más fuerte.

Esperar qué sucede con todo lo que pasa en el país del sagrado corazón y sigo con mi propuesta: Cada vez que no sintamos inconformes con algo, aleguemos pero sin ser irrespetuoso, ya saben la decencia no pelea con nada.


 Felipe Marciales.

lunes, 7 de febrero de 2011

Mi sueño no es americano, porque vivo la realidad del colombiano

Hace ya un poco mas de 19 años fue mi natalicio, pero, no fue tan común como el de todos los colombianos (o pues esa es la impresión de mis allegados). Todo por que nací en un país del cual no me siento ciudadano y, creo firmemente, nunca lo defendería pues esto representaría ir en contra de mis principios.

El primogénito de Luz Dari y Jorge (o sea, Yo), fue un varón, fruto de el amor que ellos, en algún tiempo, se profesaron. Pero no un varón cualquiera. Uno nacido en el país del cual el colombiano promedio desearía por lo menos haber pisado sus tierras y tener una foto en Disney World al lado del ratón insignia del burgués emporio, yo era un ciudadano americano, para envidia de muchos.

Algunos me podrán tildar de resentido, y si,  lo soy,  guardo un gran resentimiento de aquel país del norte, ese que trato a mis progenitores como foráneos no gratos; Donde tuvieron que reventar sus manos y sacrificar sus años pueriles por unos cuantos billetes. No obstante, mantener a sus familias. Unos cuantos billetes que devalúan y compran hasta pedazos de cielo.

Continúo cavilando y siento escozor de la tierra del ‘Tio Sam’, siento rabia por que con sus dólares compran mi fauna, compran mis tierras, y manejan a los gobernantes tercermundistas como fieles títeres de la gran compañía imperialista. Perdón, del gran país americano; con sus dólares compran conciencias, venden su imagen de nación mediática de conflictos y, mientras median, asesinan a los “terroristas” de medio oriente, evitando posibles atentados a su país, y al resto del mundo. Ahora bien, de paso aprovechan para buscar la manera de abastecer su fiebre petrolera.

Sólo quiero crear una reflexión, y no es mi intención satanizar el país donde nací, pero sí quiero dejar bien claro que no merecen el pedestal que les damos, no merecen ser vistos como un sueño, simplemente porque tampoco merecemos ser tratados como basura latinoamericana y, mucho menos, como drogadictos y narcotraficantes. ¡No todos somos así!, y, tal vez, finalmente son ellos los que con sus aspiraciones e Inhalaciones alimentan la producción del negocio ilegal.

Ahora bien para mí, ser Latino y en especial colombiano, no es simplemente beber aguardiente hasta el cansancio, y usar un sombrero “vueltiao” que me rotule como tal, para mi ser colombiano es admirar mis paisajes, valorar a la gente del suburbio que día a día salen a trabajar para llevar un diario a sus casas.

Siento que mi país es como mi madre y, como tal, debe ser respetada, honrada hasta el cansancio. Pretendo trabajar en mis tierras, y es que al fin y al cabo mi profesión no está ligada a la de unos cuantos niños burgueses que sueñan con ir a Harvard, ya que,  mientras ellos se proyectan con casa , carro,  mujer y beca, yo por el contrario soy de andar a pie, escuchar y embarrarme de pueblo. Ese fue el destino que escogí, mi carrera tiene el titulo ‘SOCIAL’, ¡Y no de adorno!, ¡es para ponerlo en la práctica!,  pero en mi país, por que es aquí donde realmente carecemos de este sentido, estamos desligados socialmente.

Espero haber conmovido algunos corazones, no por unos cuantos segundos; espero amemos este lugar que como muchos dicen es el mejor “vividero del mundo”… Pero recordemos que dentro del amor esta la palabra “respeto”, y no lo amemos con un pin que diga: “Colombia es pasión, amémoslo luchando los unos por los otros.”

Alejandro Gómez Niño.

martes, 1 de febrero de 2011

Una catapulta hacia la ruina abismal.

Es impresionante cómo hemos llegado tan bajo. En estos días que ha estado tan de moda el tema de la “catapulta marihuanera” en México. Que, para mí, la verdad me causó demasiada gracia, es increíble el ingenio del hombre para lograr sus objetivos.

Pero no todo es tan ingenioso, inteligente y curioso. Hay demasiadas cosas que producen asco, escozor, rabia, tristeza, nostalgia, rencor, etcétera… cualquier sentimiento malo que un hombre puede expresar.

Hablo de demasiados eventos que se han producido en estos últimos días. Primero, un niño secuestrado en el municipio de Facatativá; Son dos versiones, y las dos tergiversadas por la misma mamá. Ella, según lo que se escuchó acá en el pueblo, perdió el bebé en una cafetería cerca al Hospital “San Rafael”. No obstante, revelaron el vídeo de seguridad del hospital y se ve cómo la mamá del bebé –que es una niña- entrega el vástago a la supuesta culpable del secuestro. Se muestra, en la entrevista que le hizo el Noticiero RCN, que la muchacha no refleja demasiado dolor, para mí. Creo que sí a mi me pasará me destrozaría por completo. Pero no, eso no se ve reflejado en ella, de pronto como se ve en los ojos del papá, el sentido dolor. No quiero ser irresponsable en dar acusaciones ni nada por el estilo.

Segundo, y creo que es el peor, la tortura y muerte de una perrita. El vídeo divulgado en Internet es demasiado fuerte para mi gusto. No entiendo como una persona, y más siendo de la fuerza pública, se ríe, goza y le canta una canción a un pobre animal que ha sido torturado por sus cursos, compañeros o, como lo llama él, “su patrullero”.

Para mí, después de un acto de esos, ese man no sería nada. Y si fuera mi papá, por respeto a mi abuela, no lo llamaría hijo de puta! ¡Qué pena por ser así de grosero! Pero sé que ustedes se sienten igual.

El comandante de la Policía, General Óscar Naranjo, destituyó a uno de ellos, y a los otros no les pueden hacer nada “porque ya no pertenecen a la institución” afirmó el general.

Como diría Giovanny Ayala: De rodillas le pido, señor General que haga hasta lo imposible por encontrar a estos criminales, qué los busquen por cielo y tierra para que paguen por ese hecho.
Ahora bien, me hago una pregunta ¿Qué más esperan las altas cortes, el senado, el congreso, y el mismo gobierno, para acabar y penalizar las “fiestas taurinas” y el maltrato animal? Esto ya es la tapa, ¿a dónde quieren que llegue este país?

Tengamos sentido de propiedad con los problemas de este país. Que no siempre escuchemos, después de alguna emergencia, al presidente, y de ahí pa’ abajo a todo el mundo, decir ‘Ya le pedimos ayuda a organizaciones internacionales’ y que la deuda siga creciendo.

Salgamos a marchar en contra de lo que está pasando, no nos quedemos callados. Ecuador, por ejemplo, ya ha tumbado a dos presidentes y hace poco sintieron que ya los estaban apretando demasiado y volvieron a manifestarse. Egipto, también se sienten inconformes con un dictador y se manifestaron y han hecho hasta lo imposible por tumbarlo de ahí. Túnez, fueron los precursores de estas revoluciones y manifestaciones contra los nuevos dictadores.

Protestemos por lo que es nuestro y no permitamos que hechos tan desgarradadores queden impunes.



Felipe Marciales.  





lunes, 31 de enero de 2011

Será que querían disfrazarla de guerrillera?


Son las 4:32 am. Desperté repentinamente cuando era la 1:32 y hasta ahora no he logrado conciliar el sueño. Qué diablos sucede? Esto si que me molesta. 

Ya intenté de todo. Encendí la tv y justo era la hora en la que muchos canales de cine presentan sus contenidos eróticos, en los que se supone que uno debe imaginarse muchas cosas mientras observa los gestos de placer de los amantes que aparentan tener sexo real y muy ardiente. Esas cosas no me divierten, lo mejor fue apagar la t.v.

Durante media hora di vueltas y vueltas. Mmmmm nada que me da sueño. A las 3 am encendí el PC, no esperaba hablar con nadie a esa hora, se supone que deberíamos estar durmiendo todos. Revisé mi correo electrónico, eliminé mensajes de "FW:" y de publicidad. 

Luego, mecánicamente, entro a ver mi cuenta de facebook... Les confieso que lo primero que hice fue ver facebook y luego si vi mi correo. No quería parecer adicto, pero creo que no importa... Hasta ahora no me había enterado y con sorpresa observo el revuelo que se armó, con justa razón, por el acto imperdonable de unos miembros de la fuerza pública que cruelmente asesinaron a un indefenso can Ver vídeo. Todo el mundo compartió el vídeo que los mismos policias grabaron en medio de risas mientras ahorcaban al animal con una soga. Me pregunto si la querían hacer pasar como un falso positivo, como estuvo (está) tan de moda en el Ejército.
 
Leo las reacciones de todos mis contactos en la red social. Descubro que ya se había creado un grupo que rechazaba este acto y que le exigía al General Naranjo tomar cartas en el asunto y castigar severamente a los miembros de la fuerza de la cual es jefe. Este grupo ya tenía más de 5 mil folowers. Las protestas y malas palabras dirigidas a los policías (tombos hp's) a través de las redes sociales no se hicieron esperar. 

Twitter también registraba cientos de entradas exigiendo justicia. No era para menos. POR LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES!!!! Se leía por ahí y se volvía a la discusión por las corridas de toros. 

Tengo una amiga que muy seguramente vio la noticia y no vi palabras de rechazo por parte de ella o tal vez miré mal. Estoy convencido de que esto le causó mucho dolor y hasta lágrimas brotarían de sus ojos. No la culpo, yo también lloraría si mis glándulas lagrimales sirvieran por lo menos un poquito. A mí también me causó tristeza esto. 

Los miembros de la fuerza pública en nuestro país se sienten con el derecho de decidir por la vida de otro ser vivo, se sienten dioses y todopoderosos con camuflado. A pesar de tanta atrocidad de la que hemos sido testigos y de toda aquella de la que nadie sabe, nuestra policía sigue siendo de las mejores del mundo, o eso es lo que tengo entendido. Yo no digo que los miles de colombianos que pertenecen a las fuerzas militares sean malos, sólo algunos de ellos son los que, tristemente, manchan el nombre de la institución y para su desgracia (la de la institución) nadie se fija en los buenos actos -porque finalmente ese es su trabajo-, sino que al contrario, todo el mundo está pendiente a ver quién la embarra. Pero no hay porqué preocuparse, eso le pasa a todos.

Apagué el PC y me quedé pensando en aquel animal -cosa que no debería suceder si deseaba dormir-, pero más que en el animal y que en los mismos asesinos, pensaba en que un país, en el que ni siquiera aquellos que juran ante la bandera, tienen respeto por la vida y en donde la justicia sólo ataca a los de ruana, seguirá siendo tan inviable que no podrá, ni siquiera, resolver su conflicto armado y mejor no hablemos de educación o pobreza.

Son las 5:32 am, aún no me da sueño y creo que es algo que no va a pasar. Me duelen ya los dedos meñique y los brazos, sobre todo el derecho, porque me dio por escribir esto en mi celular (el computador lo guardé hace rato), a ver si de alguna manera sentía cansancio y dormía, cosa que no sucedió.

Pronto se levantará la familia y seguramente yo lo haré también porque ando muy "desparchado", por eso prefiero levantarme y tomarme un tinto. 

Pdta. Espero que la próxima vez que escriba no lo haga en una noche sin poder dormir.... O de pronto sí.

Javier Abril Páez