jueves, 9 de junio de 2011

Tal vez la final ya estaba arreglada

El pasado miércoles tuvimos la oportunidad de observar los encuentros deportivos del fútbol profesional colombiano que definían entre cuatro equipos cuáles de ellos jugarían la “gran final” de la Liga Postobón. Nacional y el Tolima jugaron en el Manuel Murillo Toro en la capital tolimense, mientras que Millonarios y Equidad, se encontraron en el Estadio de techo en Bogotá.

La pasión de los hinchas se hacía más evidente en los seguidores de los equipos tradicionales, Millonarios y Nacional; por las calles de la capital colombiana se veían las camisetas azules y verdes, para mí sería difícil determinar cuál era el color que más se observaba. Todos estaban esperando el resultado de los encuentros que tendrían lugar al final del día y que, por supuesto, serían transmitidos por un par de canales de televisión, para fortuna de los que no iríamos al estadio a vivir la fiesta futbolística.

Inician los encuentros, primero Nacional vs. Tolima; después de los noventa minutos de juego, el equipo paisa se queda con el cupo para disputar la final con alguno de los equipos capitalinos que clasificaría después del encuentro en Bogotá.  Se empieza a jugar en Bogotá, el Estadio de techo lleno de azul, a pesar de que de local estaba jugando el equipo asegurador; otros noventa minutos terminados y, con sorpresa, los hinchas azules vuelven a ver a su equipo del alma olvidarse de un catorceavo título. Tenían la seguridad de que su equipo no los defraudaría esta vez, que después de 23 años por fin celebrarían un triunfo.

Pero seamos sinceros, estamos en el país en donde todo es posible y en donde otra pasión, a parte del fútbol, es la violencia, y por eso me parece que lo mejor era que alguno de los dos equipos tradicionales no clasificara a la final, ya que, si ésta se disputara entre estos dos equipos (Millonarios y Nacional), una angustia más, a parte de la que se tiene como observador durante el partido, sería la reacción de los seguidores más radicales con cualquiera que sea el resultado. Las hinchadas de estos equipos, para mi concepto, han dejado de disfrutar del fútbol como deporte, y han convertido su pasión en una forma más de exclusión e intolerancia, cosa que brota por los poros del pueblo colombiano en diferentes aspectos de su vida.

Un encuentro entre hinchas podría ser desastroso, los seguidores más radicales de estos dos equipos tienen una guerra jurada, despertada gracias a las rivalidades deportivas existentes. Pero ya lo he dicho, son rivalidades deportivas, y se han convertido en guerras, en venganzas, en armas, en puños… hemos dejado de disfrutar de lo que es verdaderamente el deporte más famoso del mundo, de hacer de los encuentros fiestas que nos aparten durante noventa minutos de nuestra realidad, infestada de violencia, corrupción y bala.

Y qué triste es cuando todos sabemos que estos encuentros no se pueden dar, todo gracias a los seguidores. Las medidas de seguridad se deberían triplicar y tal vez cuadruplicar, la mitad de los hinchas deberían salir del estado treinta minutos antes de terminar el partido, y probablemente existirán muchas más maneras de cuidar la seguridad de las ciudades anfitrionas. Inclusive, he llegado a pensar que la final de estos campeonatos se debe negociar fuera de las canchas, tal vez en las oficinas de los jefes de seguridad de las ciudades, en compañía de las directivas de los equipos y de uno que otro personaje importante en estos espacios, todo porque somos conscientes de un posible desastre.

Y todo esto es el resultado de esa cultura colombiana, esa cultura del “traqueto” que cree que para disfrutar de las verdaderas fiestas es necesario disparar al aire y demostrar su poder. En eso nos hemos convertido, y esto no es sólo en nuestro país, probablemente ocurra en muchos, pero yo hablo de lo que conozco y de lo que vivo.

Esperemos que el fútbol colombiano regrese a su época dorada, que se vuelva a disfrutar cada patada que se le da al balón y que los goles no sean sinónimo de disparos y puñaladas. 

Javier Abril Páez


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